“La aceptabilidad social de las energías renovables requiere confianza en las instituciones”

Tras el voto de confianza de François Bayrou en el Parlamento el 8 de septiembre, la transición energética, aunque técnicamente viable, no puede prosperar sin una sólida confianza democrática. Debido a la falta de apoyo, los proyectos renovables se topan con un obstáculo invisible: la aceptabilidad social. En un clima político incierto, este obstáculo podría acentuarse y comprometer su implementación.
Francia no descarbonizará su economía sin desarrollar masivamente las energías renovables . Pero el principal obstáculo no es... Técnico: es político. Nuestra investigación, realizada en el marco de la cátedra Energía para la Sociedad de la Escuela de Gestión de Grenoble, muestra que la disolución de la Asamblea Nacional en 2024 debilitó significativamente la confianza ciudadana en la acción pública ambiental local. También demostramos que la confianza en las instituciones es una de las condiciones para la aceptabilidad social de las energías renovables. En otras palabras, la desconfianza institucional puede prevalecer sobre las consideraciones técnicas y provocar rechazos.
Tras la pulida frase "aceptabilidad social" se esconden desafíos legales, disputas locales y retrasos crónicos. Sin embargo, cada retraso tiene un coste: la falta de apoyo ciudadano puede inflar los costes entre un 10 % y un 30 %, minar la rentabilidad y debilitar los compromisos climáticos de Francia. Nuestra investigación demuestra que existen factores decisivos: una comunicación clara y adaptada a las zonas locales y una distribución justa del valor generado por los proyectos.
Fracturas en la opiniónLa adopción de energías renovables depende en gran medida de la ubicación del proyecto, ya que un mismo proyecto puede pasar desapercibido en una región y generar controversia en otra. Las zonas saturadas o con alto valor paisajístico son más sensibles, mientras que las zonas en declive económico tienden a acoger con beneplácito iniciativas como la metanización. Cada proyecto es único, y generalizar a partir de casos extremos distorsiona la percepción de todo un sector.
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Le Monde